Jesús Hernández – octubre 25, 2021
Ante la escalada de precios que se han registrado en las últimas semanas, debido al aumento de combustibles como el gas LP y la gasolina, entre otros productos de primera necesidad como el kilogramo de tortilla y las carnes blancas y rojas, la industria restaurantera del Estado de México prevé que, para el fin de año, pudiera presentarse un incremento en los alimentos que integran sus menús, pues los precios actuales se hacen insostenibles por más tiempo.
El presidente de la Asociación de Bares y Restaurantes (Asbar) del Estado de México, Patricio González Suárez, resaltó que, durante este regreso a la normalidad con el establecimiento del semáforo epidemiológico en color verde, el sector se ha enfrentado a aumentos considerables en sus insumos principales como es el caso del gas, la gasolina, la luz y otros productos, como vegetales, frutas y carnes.
Señaló que, a pesar de que la industria de alimentos y bebidas ha tratado de ser muy prudente en sus precios, pues entiende que sus clientes vienen de una crisis económica importante por la pandemia de COVID-19, los incrementos que se han dado en algunos insumos han sido bastante elevados de hasta el 30 por ciento, incluso, por arriba del seis por ciento en que se ha establecido la inflación.
Patricio González ejemplificó que existen casos como el del gas LP, en el cual los restauranteros pagaban 10 pesos por litro aproximadamente a finales de 2020 y en casi 10 meses se ha encarecido en más del 60 por ciento, lo cual también ha ocurrido con las gasolinas y casetas, lo que siempre deriva en un aumento generalizado de los productos básicos.
Apuntó que, pese a ello y que el sector ha sido el más dañado durante la emergencia sanitaria, la gran mayoría de los dueños de los restaurantes han optado por no incrementar sus precios a lo largo de la pandemia, pues esto implicaría un gasto adicional para el sector, toda vez que la reimpresión de sus menús genera una inversión fuerte, aunque eso signifique sacrificar la utilidad; no obstante, se ha hecho difícil cerrar el año con los mismos precios en los alimentos.
“Regularmente son incrementos no muy altos. Estamos hablando de cinco o 10 por ciento en algunos casos, porque el incremento en los insumos es demasiado. Somos conscientes de la situación económica y preferimos tener gente, aunque tengamos menos utilidad, eso nos ayuda a tener rotación de los productos y que los clientes sigan visitándonos, pues de nada serviría que traduzcamos esos incrementos en la misma utilidad, si los negocios estarán vacíos o habrá menos gente, entonces, preferimos absorber esos costos”, dijo.
El líder de la Asbar recordó que los cerca de 76 mil negocios de este tipo que existen en la entidad tuvieron caídas de hasta el 90 por ciento en sus ventas cuando se ha decretado el semáforo rojo y del 50 por ciento en el resto de los meses, por lo que este reciente ajuste para lograr la reapertura de estos establecimientos, con el color verde, brinda una nueva oportunidad para que estos alcancen a sobrevivir antes de que finalice el año.
Destacó que, por primera vez en los 18 meses en que ha transcurrido la pandemia, pueden operar a una capacidad del 80 por ciento y en el horario completo que dicta su licencia de funcionamiento, lo cual ya han comenzado a alcanzar algunos establecimientos emblemáticos, por lo que existe el compromiso del sector de respetar al cien por ciento las medidas sanitarias, para evitar un nuevo cierre que sería letal para la mayoría de los comercios