Hoy Estado de México- noviembre 02, 2021
Ante el confinamiento sanitario y la restricción para llevar a cabo los ritos funerarios tradicionales, a consecuencia de la pandemia de COVID-19, a partir del 2020 las ofrendas de Día de Muertos se convirtieron en la expresión de los mexicanos para despedir a sus difuntos, señaló Mauricio García Sandoval, investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
Los efectos que causó la restricción para despedirse de sus difuntos, principalmente en las generaciones mayores, fue tristeza y estrés mayor en su proceso de duelo, por lo que las ofrendas se han convertido en un espacio para recordarlos y despedirlos tradicionalmente.
Por su parte, las generaciones más jóvenes se adaptaron mejor a la reestructuración temporal de los ritos funerarios, pero al igual que los adultos y adultos mayores vieron en las ofrendas una oportunidad para honrar y despedir a sus difuntos.
“A las personas adultas les cuesta trabajo entender estos nuevos procesos. Sienten que ese cuerpo que fue cremado ya no va a llegar al cielo o al paraíso, que no va a ser recibido por los seres superiores y, por supuesto, les causa muchas inquietudes. Por ello, ahora llevan las cenizas a los templos para que puedan ser bendecidas”, señaló el también catedrático de la Facultad de Antropología.
Con la permanencia del semáforo epidemiológico verde en prácticamente todo el país, a diferencia del año anterior, durante este Día de Muertos está permitida la visita a los panteones.
García Sandoval indicó que en caso de que el aislamiento y confinamiento por la pandemia se hubiera extendido, la tradición prehispánica del Día de Muertos habría sufrido una reestructuración mayor, así como la pérdida de simbolismos.
“Los mexicanos tenemos un vínculo muy fuerte con la muerte, así como con los procesos y ritos funerarios. Por ello, el Día de Muertos es una de las conmemoraciones más sentidas para la población del país”, concluyó el especialista de la UAEM.