Juan Hernández – abril 13, 2021
Académicos de la Universidad Autónoma del Estado de México estudian las alteraciones en el neurodesarrollo que podría originar un contagio de COVID-19 durante el embarazo de una madre y que se trasladaría al bebé durante su desarrollo a la adolescencia y la adultez.
Los hallazgos fueron publicados en la revista científica de Suiza, “Frontiers in Psychology”, en la cual los investigadores mexiquenses explicaron una relación entre el contagio del virus SARS-Cov2, con una inflamación del vientre materno y, en su caso, del cerebro fetal.
“La inflamación producida en la etapa prenatal, podría tener repercusiones a lo largo de la vida del neonato y los efectos se observarían durante las etapas de la infancia, adolescencia o adultez, pues investigaciones científicas en países nórdicos refieren los efectos al neurodesarrollo provocados por el virus de la influenza A H1N1”, explicó el catedrático de la Facultad de Medicina de la UAEM e investigador del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel 1, José Javier Reyes Lagos.
El estudio que realizan los académicos de la UAEM¸ junto con expertos de la Universidad Autónoma Metropolitana y el Hospital Materno Infantil “Mónica Pretelini Saénz” de Toluca, incluye la realización de un monitoreo prenatal, un diagnóstico del neurodesarrollo a los recién nacidos y un seguimiento hasta la etapa de la preadolescencia, a efecto de conocer los efectos que pudiera tener el COVID-19 en las nuevas generaciones que resultaron contagiadas desde el vientre de su madre.
“Una labor de monitoreo a largo plazo, requiere de un amplio presupuesto; sin embargo, esta investigación sienta los primeros fundamentos científicos que podrían dar pauta a que más especialistas se interesan por esta problemática actual y promuevan investigaciones en esta área del conocimiento”, indicó Reyes Lagos.
La investigación contempla dar un seguimiento prenatal con el que se exploren parámetros fisiológicos no invasivos, como la variabilidad de la frecuencia cardiaca del feto y de la madre, así como pruebas inmunológicas de sangre y tras el alumbramiento, la aplicación de pruebas de neurodesarrollo a los infantes, entre otros.