Arturo Callejo – abril 24, 2020
Los floricultores de la región sur del Estado de México, prácticamente han perdido su cosecha y así millones de pesos, esto por la alerta sanitaria del coronavirus COVID-19, la cual se extenderá todo el mes de mayo, es decir, la demanda será muy escasa para el próximo 10 de mayo, Día de las Madres, que es para ellos la temporada más fuerte del año.
Y es que a estas fechas, explicó Salomón García Rojas, presidente de la Asociación de Floricultores de Villa Guerrero, no hay mercado nacional e internacional que les reciba los miles de tallos que han cortado en el lapso del 15 al 25 de este mes y que estarían destinados para el festejo de las mamás.
Indicó que se cuentan alrededor de 700 productores los afectados por la pandemia, quienes representan a unas 10 mil familias dedicadas a la floricultura en los municipios de Villa Guerrero, Coatepec Harinas y Tenancingo.
El líder de los floricultores estatales, lamentó la afectación a la economía del rubro al no abrirse a tiempo las fronteras de Estados Unidos y Canadá para vender sus flores el Día de las Madres y de cerrarse también los puntos de venta de la república mexicana a raíz del COVID-19.
El calendario de los productores indica que entre el 15 y 25 de abril, es el tiempo para cortar miles de tallos de distintas especies de flor sembrados sobre 25 mil hectáreas de esta zona sur del Estado de México, de las cuales, 14 mil corresponden solo a Villa Guerrero.
Cada año, al producto se le da el embalaje adecuado para transportarlo en camiones con cámaras refrigerantes a todo el país y al extranjero, lo malo, es que la alerta sanitaria persistirá por al menos las próximas cinco semanas.
García Rojas, refirió que la fecha del Día de las Madres, es la de más venta de flor de todo el año, luego le sigue el Día de Muertos, el 12 de Diciembre, que es el día de la Virgen de Guadalupe y la del 14 de febrero, cuando se celebra el Día del Amor y la Amistad.
Para el 10 de Mayo, dijo, las flores que más se venden en el extranjero y en México, son las rosas en sus tonos rojo y blanco, luego sigue el crisantemo, la gerbera y el clavel.
“Es lo que predomina, pero también las rosas en amarillo, rosa claro, combinaciones de anaranjados y en tonos pastel, en total trabajamos en 40 colores, la mayoría (de la flor) va por vía terrestre, tiene su proceso, se corta, se enfría, lleva un embalaje especial para el transporte, se sube a un camión con refrigerador y se mandan a todo el país, con estos cuidados garantizamos al cliente la calidad que espera, pero el panorama es incierto, esta pandemia nos ha puesto en la lona, sí nos llegó a afectar bastante ya que nos estamos preparando desde hace 100 o 120 días y listos para la próxima venta del 10 de Mayo, que es una de nuestras fiestas más grande”, indicó el líder de los floricultores.
En México, los principales mercados para los productores mexiquenses es la Central de Abasto de la Ciudad de México, la ciudad de Tijuana, Baja California, Monterrey, Nuevo León, Guadalajara, Jalisco, Quintana Roo, Chiapas y Oaxaca, y en lo local, la Central de Abasto del propio Villa Guerrero y los mercados de Tenancingo y Coatepec Harinas, “la flor no sabe de pandemias ni de cuarentenas, tenemos que seguir”, confió García Rojas.
Lo que también preocupa es que muchos comercializadores de flor, han comprado, a través de empresas holandesas, algunos tipos de flor como Lilis, Casa Blanca y Cóncavas, que son orientales y tienen que pagar la mercancía en euros, compra que no se puede posponer hasta que pase la alerta del coronavirus y ahora lo único que les queda por el momento, es rematar las flores en el mercado local.
“Lilis en 30 pesos, un paquete de rosas en 10 pesos, ni siquiera estamos recuperando nuestros costos de producción, ¿cuánto soportemos?, no tengo idea, lo preocupante sería la venta del 10 de Mayo, que no tengamos ni exportación ni venta nacional, no podemos despedir a la gente, vamos a tener que sacrificar más producto del que ya se está sacrificando, porque al no haber ventas se tendrá que tomar esa medida, lo que estamos haciendo ahorita es bajar nuestros costos de producción al mínimo pero llega el punto en que ya no es soportable, entonces, ahí es complicado predecir qué es lo que va a pasar con la floricultura en México”, enfatizó Adán Cotero, Tesorero de la Asociación de Floricultores de Villa Guerrero.
Por si fuera poco, por las medidas de contingencia por el coronavirus COVID-19, las parroquias e iglesias están cerradas, por lo que no se celebran misas de bautizos, primeras comuniones, XV años o bodas, eventos sociales que también les reditúan importantes ganancias a los floricultores del sur mexiquense.
De acuerdo a García Rojas y a Adán Cotero, la región de Villa Guerrero, produce el 95 por ciento de la flor que se consume en el país y ante un peor escenario derivado de la pandemia, toda la cosecha de este año se picará para hacer composta “y todo ese capital, que son millones de pesos se van a perder”.